Su sesión del lunes en el Hospital de Barcelona llevó por título “Winter is coming!”. ¿Qué le motivó a elegir este título tan sugerente para hablar de la campaña de vacunación contra la gripe y el covid? ¿Cuáles son los principales objetivos para este otoño-invierno? ¿Ha habido cambios respecto a otros años?
Cuando llega el invierno, todos los trabajadores de instituciones sanitarias proyectamos nuestras ilusiones o expectativas familiares o personales de ocio, como la Castañada o Halloween, la esquiada familiar, la comida de Navidad, el viaje organizado para los días de descanso que podamos disfrutar... Ahora bien, si durante este período presentamos alguna infección respiratoria eso nos impedirá disfrutar de estos eventos deseados.
El objetivo de vacunación este otoño invierno es que los sanitarios o aquellas personas que trabajamos en el ámbito sanitario, incluidos los hospitales, nos vacunamos contra la gripe y el SARS-coV2, como en los últimos años desde la pandemia.
Existe un cierto “cansancio vacunal” en la población después de la pandemia. ¿Qué mensajes clave daría para contrarrestarlo?
El cansancio vacunal es lógico, ya que hasta el año 2020 la vacunación del adulto era menospreciada, se le daba poca relevancia porque no vivíamos su necesidad y la percepción de riesgo era baja. Sin embargo, los niños desde el nacimiento reciben 12 vacunas o inmunizaciones diferentes que se traducen en 27 pinchazos antes de la adolescencia. Cuando nacemos el sistema inmune está en período de entrenamiento o crecimiento ante posibles agentes externos y, por tanto, en edad adulta también es necesario entrenar el sistema inmune con la vacunación; de este modo, cuando llegue el microorganismo salvaje nosotros ya habremos desarrollado la protección para hacerle frente al menos 15 días antes. Al igual que vamos al gimnasio periódicamente, comemos una dieta de productos frescos y variados o velamos por un buen estado de salud mental, las vacunas son una nueva herramienta imprescindible para nuestro bienestar, sobre todo en invierno en nuestras latitudes.
Por su experiencia, ¿qué factores explican la diferencia de cobertura vacunal entre profesionales sanitarios y población general? ¿Por qué es tan importante que se vacune al personal sanitario? ¿Qué beneficios tiene más allá de la protección individual?
La población pediátrica, es decir, los niños, tienen una probabilidad de sufrir la gripe del 40%, sobre todo antes de los 6 años de vida, y los adultos, entre el 10% y el 15%. Sin embargo, los sanitarios tenemos 3,4 veces más de probabilidad que los adultos de sufrir la gripe. La gripe no es solo tos y fiebre, sino que genera consecuencias varias: deshidratación, una lesión aguda renal, un síndrome gripal que puede implicar aumento de riesgo cardiovascular (aumenta por 8 el riesgo de sufrir un ictus y por 10 el de tener un infarto), tener que dejar de realizar nuestras actividades de la vida diaria en 1 de cada 4 pacientes, un 75% más de probabilidades de sufrir una cetoacidosis diabética si somos diabéticos, 8 veces más de posibilidades de tener una exacerbación o empeoramiento de la bronquitis o el asma si sufrimos una bronquitis crónica... Por tanto, la gripe es frecuente y puede ser grave. A su vez, el covid todavía circula y, como infección vírica, puede generar desestabilización de nuestras enfermedades crónicas en caso de sufrirla.
Pero es que, por otra parte, como sanitarios, somos los depositarios de la buena salud de nuestros pacientes, nos debemos a ellos. Así que debemos velar por que, en la medida de lo posible, ellos se vacunen y nosotros no les transmitamos a través de nuestra asistencia ninguna infección que hubiésemos podido evitar a través de la vacunación.
A menudo se dice que la vacunación es una de las herramientas de salud pública más eficaces. ¿Nos lo podría contextualizar con algún dato o ejemplo?
En una línea: después de la potabilización del agua, la vacunación se ha demostrado como la medida más coste-efectiva para reducir la muerte por cualquier causa. Y este mismo verano la Sociedad Europea de Cardiología ha destacado la vacunación como herramienta de prevención cardiovascular.
Por último, ¿qué mensaje querría transmitir a la ciudadanía para encarar esta temporada invernal con salud y responsabilidad?
A cualquier persona que quiera disfrutar del invierno que llega: es necesario vacunarse, será la mejor manera para entrenar nuestro sistema inmune de forma sencilla, accesible y sobre todo efectiva. Por encima de todo, ¡salud!
